El verano de 1989, en la Maternidad de Córdoba, Argentina, nace una niña llamada Julieta sin tener noción de que su madre estaba muriendo tras el parto.
Ella, con cinco horas de vida, queda a cargo de su abuela materna, Adela, quien se hace cargo de su crianza y enseñanza.
Dieciocho años después, Julieta ya crecida enfrenta el momento más duro de su vida: su abuela Adela había muerto tras una grave enfermedad que la siguió durante muchos años.
Julieta, quedándose sola en el mundo, decide buscar a su padre para poder conocerlo. Con la información que encontró sobre él y la plata que había juntado desde los cinco años emprendió el viaje a Buenos Aires donde conoce a Juan, un chico de 20 años y estudiante de música.
Julieta le cuenta su historia y Juan sin dudarlo ni un segundo, ya que se había enamorado de ella, decide ayudarla recorriendo toda la ciudad y direcciones que había conseguido.
Julieta ya vencida, encuentra en un recorte de diario una foto de un hombre que le llamo la atención. Sí, era su padreel mismo de la foto que le había mostrado su abuela. Sin dudarlo ni un minuto fue hasta la casa. A los tres segundos de haber tocado el timbre sale él acercándose hasta el portón, mirando fijamente a Julieta, haciéndole recordar a una persona que conoció en el pasado. Ella, sin decir una palabra, saca la foto de su madre del bolso para mostrársela. Él, sin dudarlo, abrió el portón y la abrazó muy fuerte gritando:
-¡Perdoname! ¡Perdoname!
Luis, asi se llamaba su padre, le contó porqué la había abandonado a su madre y así estuvieron toda la tarde formando una unión que nunca más se rompió.
Julieta se puso de novia con Juan quien la había acompañado todo el tiempo. Para Julieta, Juan y Luis esta vez fue un final feliz...
por Daniela y Verónica Espeche y Melisa Rivadeo.
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